Te acuerdas de mis primeros años de escuela ? Tu me llevabas de la mano hasta el colegio, tu cargabas mi lonchera con su contenido tan especialmente seleccionado por ti (jugo de uva y un par de salchichas - y no de pavo - ), al finalizar las clases, esperabas detrás de la puerta a que yo apareciera. En casa, eras “responsable” de que hiciera mis tareas, cumpliera con mis quehaceres y viviera mi tiempo, como un niño.
Cuando te fuiste de casa, tuve que aprender a hacer muchas cosas, pero nunca estuviste tan lejos para que tus palabras y consejos no llegaran a mis oídos en el momento justo. Siempre dispuesta, siempre sincera, siempre, siempre.
Llego la adolescencia y con ella la rebeldía (ya no quiero escucharte, no me entiendes, no eres de mi época), y tu paciencia para enviarme los consejos disfrazados de esas increíbles historias de tus años de niña. Te imagino arriba del tractor, desfilando por las calles de tu pueblo, con la corona de REYNA DE LA FIESTA ETERNA. Te imagino entre tus amigas, brincando y bailando ante la mirada orgullosa del TATA FELIX. Volaba lejos mi imaginación cuando me contabas esas historias de la guerra cristera, de la revolución, de los gendarmes y los rebeldes, de los escondites y los balazos. Aun tengo muchas historias frescas, como si las hubiera escuchado de tu voz apenas ayer.
Después, mis días de juventud. Tu sentada en tu mecedora, con la costura en las manos y tu sonrisa tranquila, pasábamos horas hablando, contando, imaginando, soñando. . Las tardes de paz cuando yo sentía que tú estarías “toda mi vida”. Las noches felices, cuando te sabía dormida, al otro lado de mi cama.
El orgullo que vi en tu rostro cuando te dije: “ya termine ahora si me puedes decir LICENCIADA”
Te acuerdas de Darwin ? ? Que divertido era verte jugar con el, y batallar para pronunciar su nombre, lo que al final nos llevo a conocer una nueva palabra y rebautizar por momentos a nuestro querido perrito: DAURI. Quien por cierto, te recuerda con una extraña precisión.
Las cervezas ? ? Otro gusto compartido - “hija, tráeme un botecito de sol” –
Nuestros viajes, con tus rezos y tus cantos.
Lo que siempre pedí a la vida heredar de ti: TU FORTALEZA, TU ENTEREZA, TU VALOR.
Y cuando te fuiste definitivamente, recuerdos de momentos difíciles . tu cara sin expresión, lagrimas, palabras, imágenes borrosas.
Ayer, que debí recordar una vez mas esos momentos, me sorprendí al ver que el recuerdo de tu sonrisa se lleva y por mucho el recuerdo de tu adios.
Abuela, te llevo siempre conmigo, no me sueltes de tu mano nunca!!!!!
Cuando te fuiste de casa, tuve que aprender a hacer muchas cosas, pero nunca estuviste tan lejos para que tus palabras y consejos no llegaran a mis oídos en el momento justo. Siempre dispuesta, siempre sincera, siempre, siempre.
Llego la adolescencia y con ella la rebeldía (ya no quiero escucharte, no me entiendes, no eres de mi época), y tu paciencia para enviarme los consejos disfrazados de esas increíbles historias de tus años de niña. Te imagino arriba del tractor, desfilando por las calles de tu pueblo, con la corona de REYNA DE LA FIESTA ETERNA. Te imagino entre tus amigas, brincando y bailando ante la mirada orgullosa del TATA FELIX. Volaba lejos mi imaginación cuando me contabas esas historias de la guerra cristera, de la revolución, de los gendarmes y los rebeldes, de los escondites y los balazos. Aun tengo muchas historias frescas, como si las hubiera escuchado de tu voz apenas ayer.
Después, mis días de juventud. Tu sentada en tu mecedora, con la costura en las manos y tu sonrisa tranquila, pasábamos horas hablando, contando, imaginando, soñando. . Las tardes de paz cuando yo sentía que tú estarías “toda mi vida”. Las noches felices, cuando te sabía dormida, al otro lado de mi cama.
El orgullo que vi en tu rostro cuando te dije: “ya termine ahora si me puedes decir LICENCIADA”
Te acuerdas de Darwin ? ? Que divertido era verte jugar con el, y batallar para pronunciar su nombre, lo que al final nos llevo a conocer una nueva palabra y rebautizar por momentos a nuestro querido perrito: DAURI. Quien por cierto, te recuerda con una extraña precisión.
Las cervezas ? ? Otro gusto compartido - “hija, tráeme un botecito de sol” –
Nuestros viajes, con tus rezos y tus cantos.
Lo que siempre pedí a la vida heredar de ti: TU FORTALEZA, TU ENTEREZA, TU VALOR.
Y cuando te fuiste definitivamente, recuerdos de momentos difíciles . tu cara sin expresión, lagrimas, palabras, imágenes borrosas.
Ayer, que debí recordar una vez mas esos momentos, me sorprendí al ver que el recuerdo de tu sonrisa se lleva y por mucho el recuerdo de tu adios.
Abuela, te llevo siempre conmigo, no me sueltes de tu mano nunca!!!!!